El trienio bolchevique es el nombre que da la historiografía española , en referencia a la influencia de la Revolución rusa de 1917 y los revolucionarios bolcheviques , al periodo comprendido entre 1918 y 1920 (o 1921), período caracterizado por un alto nivel de conflictividad social en el contexto de la crisis de la Restauración.
Utilizada a partir del estudio publicado en 1929 por Juan Díaz del Moral España , especialmente en el campo andaluz : las expectativas que suscitaban las noticias que llegaban de la revolución rusa en las masas empobrecidas se dejaban sentir, según el contexto local, en movimientos urbanos o rurales. [2]
quien utilizó la expresión « trienio bolchevique », [1] la denominación suele emplearse de forma restringida para referirse a las revueltas, manifestaciones, asesinatos y huelgas que tuvieron lugar en la mitad sur deDesde la crisis de 1917 , el agravamiento de la precaria situación de los trabajadores, tanto en el campo ( jornaleros sin tierra ) como en las fábricas ( proletariado industrial ) fue insostenible (disminución de la producción, aumento del paro, disminución de los salarios reales al aumentar los precios, etc.). La respuesta de los partidos dinásticos (los únicos con posibilidades reales de estar en el poder en el sistema turnista a lo que todavía se conocía como la cuestión social incluyó medidas similares a las que en los países más avanzados (como Alemania) habían iniciado el llamado Estado social , pero de alcance muy limitado. La ineficacia de la Comisión de Reformas Sociales había dado paso a los programas más activos pero insuficientes de un conjunto de instituciones con espíritu regeneracionista : el Instituto de Reformas Sociales (1903), el Instituto Nacional de Previsión (1908) y el Ministerio de Trabajo (1920). El gobierno del Conde de Romanones (diciembre de 1918 - abril de 1919) se caracterizó por reaccionar al descontento social con medidas como la implantación del sistema público de pensiones a través de la llamada Jubilación Obrera [3] y la jornada laboral de ocho horas (3 de abril de 1919, no aplicada hasta el 23 de septiembre). [4] La Ley de Descanso Dominical, del gobierno de Antonio Maura , había entrado en vigor en 1907.
Se produjo un notable aumento de la afiliación sindical. Las principales reivindicaciones de los trabajadores se centraban en las subidas salariales y la reducción de la jornada laboral. Las ideologías predominantes en el movimiento obrero español eran la anarquista ( sindicato CNT , contrario a la participación en el sistema político) y la marxista ( sindicato UGT , vinculado al partido socialista -PSOE- ) , con distinta implantación territorial (predominio anarquista en Cataluña y Andalucía, predominio socialista en el País Vasco y Madrid). El impacto de la Revolución rusa de 1917 fue muy importante. Inicialmente incluso la Revolución bolchevique o de Octubre gozó de la simpatía de ambas tendencias, que enviaron observadores. No fue hasta varios años después cuando se clarificó el alineamiento de cada organización. La CNT estuvo presente en la Comintern o Tercera Internacional desde el 10 de diciembre de 1919, hasta el informe de Ángel Pestaña en 1922. La participación del PSOE en la refundación de la Internacional Socialista junto a los partidos de orientación socialdemócrata (la llamada segunda y media internacional -Fernando de los Ríos había recomendado no vincularse a los bolcheviques-) provocó la escisión del Partido Socialista Obrero Español , para crear el Partido Comunista de España (noviembre de 1921), todos ellos grupos minoritarios.
En las zonas campesinas de Andalucía, La Mancha y Extremadura, donde las movilizaciones obreras se habían mantenido en un nivel bajo desde los grandes movimientos de 1903-1904, se produjo un fuerte proceso de politización de los jornaleros, que se afiliaron masivamente a los sindicatos (un total de 100.854 afiliados a la Confederación Regional Andaluza de la CNT en diciembre de 1919, 23.900 afiliaciones de obreros agrarios a la UGT entre octubre de 1918 y julio de 1919), que obtuvieron inicialmente ciertas concesiones (reconocimiento de los sindicatos y de la negociación salarial, abolición del trabajo a destajo). Entre el otoño de 1918 y el verano de 1919 se alcanzó el nivel máximo de movilizaciones, con numerosas huelgas, como la huelga general en la provincia de Córdoba convocada por el congreso de Castro del Río (octubre de 1918) y la segunda huelga general, en marzo de 1919, que se extendió por toda Andalucía. En esa época las movilizaciones se radicalizaron mediante movimientos de ocupación de tierras con intención de repartir la propiedad de las propiedades (entre las consignas difundidas estaban « la unión hace la fuerza » y «tierra para quien la trabaja»), quema de cosechas, ocupación de los ayuntamientos, etc. El miedo que cundió entre terratenientes y empresarios provocó su retirada a las grandes ciudades, al mismo tiempo que se aceptaban aumentos salariales (Díaz del Moral estimó un incremento nominal del 150% entre 1917 y 1921, aunque basándose en datos sobre jornales de cosecha que no pueden generalizarse). [5] A partir de mayo de 1919, las movilizaciones de jornaleros fueron duramente reprimidas, y se declaró el estado de guerra. Las sociedades obreras fueron ilegalizadas y sus dirigentes encarcelados. El movimiento obrero andaluz inició una fase de decadencia, y disminuyó la afiliación sindical. [6]
Durante 1920 también se produjeron otras luchas obreras en el sur de España. En la provincia de Huelva , un importante movimiento huelguístico paralizó la cuenca minera de Riotinto-Nerva , y se extendió rápidamente a otros puntos de la provincia, generalizándose paros y una importante conflictividad. La huelga de Riotinto alcanzó un extraordinario nivel de gravedad y tuvo una fuerte repercusión mediática en el resto de España. [7] También durante ese año se produjo otro gran movimiento huelguístico de los mineros de la cuenca carbonífera de Peñarroya-Belmez-Espiel, en el norte de la provincia de Córdoba . [8]
La ciudad de Barcelona vivió un periodo de extraordinaria violencia, con una escalada de ataques por parte de grupos armados ( pistolerismo ) afines a patronales y obreros, y una política de dura represión contra ellos por parte del gobernador Severiano Martínez Anido . [9] Al llamado problema militar y a las crecientes dificultades de la colonización de Marruecos , que culminaron con el desastre de Annual (22 de julio de 1921), correspondió, desde el movimiento obrero, una oposición histórica al militarismo (como el que había sido protagonista de la Semana Trágica de 1909). La crisis política que se abrió tras Annual desembocó en el golpe de Estado del general Primo de Rivera (13 de septiembre de 1923) y en el posterior periodo de dictadura.