Húngaros | |
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Dirigido por | Zoltán Fabrí |
Escrito por | József Balázs Zoltán Fábri |
Protagonizada por | Gábor Koncz |
Cinematografía | Islas György |
Compañía productora | |
Fecha de lanzamiento |
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Duración del programa | 107 minutos |
País | Hungría |
Idioma | húngaro |
Húngaros ( en húngaro : Magyarok ) es una película dramática húngara de 1978 dirigida por Zoltán Fábri . Fue nominada al Premio Óscar a la Mejor Película en Lengua Extranjera en la 51.ª edición de los Premios Óscar . [1]
Invierno de 1942/1943. En la Csarda , un grupo de trabajadores agrícolas se reúne para discutir la opción más ventajosa: buscar empleo en Alemania, principalmente para evitar el reclutamiento , donde creen que pueden ganar más. Su presencia en la finca es bien recibida; el gerente es húngaro, cuya familia logró escapar a duras penas a los Estados Unidos. Situada en una zona remota, el propietario de la finca es una persona mayor y enferma, y su único hijo sirve como soldado. Cerca, un campo de prisioneros de guerra alberga detenidos franceses, a los que tienen estrictamente prohibido acercarse.
Llega la primavera y el trabajo en la granja se intensifica. Protegidos de las realidades de la guerra por el aislamiento, su ingenuidad se ve destrozada por la repentina desaparición del cochero de la finca, la ejecución de prisioneros soviéticos exhaustos y el asentamiento forzado de familias polacas en la finca.
En verano, un niño polaco cae gravemente enfermo, lo que provoca la ayuda espontánea de los húngaros. András Fábian observa atentamente, percibiendo las conexiones subyacentes. Tras un cuidadoso rescate, él y su esposa consiguen enviarle a su hijo una bicicleta, lo que les permite echar un vistazo al mar.
A medida que se acerca el otoño, una cosecha abundante trae una alegría temporal. En medio de la alegría, el más joven de los húngaros, Abris Kondor, sucumbe a la tuberculosis . El propietario de la finca, con la esperanza de conservar su presencia, les ofrece tierras en arrendamiento, pero sus corazones añoran su hogar.
El invierno anuncia su alegre regreso, aunque se ve atenuado por la llegada de avisos de reclutamiento. Lo único que les queda a las mujeres es una solitaria fotografía.