« La Espero » (en español: «La esperanza» ) es un poema escrito por el médico judío polaco LL Zamenhof (1859-1917), el iniciador de la lengua esperanto . La canción se utiliza a menudo como himno (no oficial) del esperanto, y ahora suele cantarse con una marcha triunfal compuesta por Félicien Menu de Ménil en 1909 (aunque existe una melodía anterior, menos marcial, creada en 1891 por Claes Adelsköld , junto con una serie de otras melodías menos conocidas). A veces se la conoce como el himno del movimiento esperantista .
Algunos esperantistas se oponen al uso de términos como "himno" o "himno" para La Espero , argumentando que estos términos tienen connotaciones religiosas y nacionalistas, respectivamente. [1]
Lírica
La Espero
La esperanza
En la mondon venis nova sento, tra la mondo iras forta voko; per flugiloj de facila vento nun de loko flugu ĝi al loko.
Ne al glavo sangon soifanta ĝi la homan tiras familion: al la mond' eterne militanta ĝi promesas sanktan harmonion.
Sub la sankta signo de l' espero kolektiĝas pacaj batalantoj, kaj rapide kreskas la afero per labor de la esperantoj.
Forte staras muroj de miljaroj inter la popoloj dividitaj; sed dissaltos la obstinaj baroj, per la sankta amo disbatitaj.
Sur neŭtrala lingva fundamento, komprenante unu la alian, la popoloj faros en konsento unu grandan rondon familian.
Nia diligenta kolegaro en labor paca ne laciĝos, ĝis la bela sonĝo de l' homaro por eterna ben' efektiviĝos.
Ha llegado al mundo un nuevo sentimiento, por el mundo se extiende una poderosa llamada; con las alas de un suave viento , que vuele de un lugar a otro. No
atrae a la familia humana
hacia una espada sedienta de sangre :
al mundo que lucha eternamente ,
promete una sagrada armonía.
Bajo el signo sagrado de la esperanza
se reúnen los luchadores pacíficos,
y esta causa crece rápidamente
gracias al trabajo de los que esperan.
Muros milenarios se alzan firmemente
entre los pueblos divididos,
pero las obstinadas barreras saltarán,
derribadas por el amor sagrado.
Sobre la base de un lenguaje neutral,
entendiéndose entre sí,
los pueblos formarán de común acuerdo
un gran círculo familiar.
Nuestro diligente grupo de colegas
en el trabajo pacífico nunca se cansará,
hasta que se realice el hermoso sueño de la humanidad
de la bendición eterna.