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Los socarrat son tejas de barro cocido recubiertas de una base blanca y generalmente pintadas de rojo y negro que se colocaban entre vigas y viguetas en los techos y aleros de los edificios . Su origen es típicamente medieval pero se conoce producción posterior de estos objetos, principalmente en Valencia . Existen otros términos para nombrar objetos con función similar como rajola, maó prim, atovó o cairó. El primer registro sobre su existencia probablemente sea en 1604, cuando D. Feliciano de Figueroa, obispo de Segorbe , hace referencia a un grupo de tejas de tejado y pared escritas y coloreadas con transcripciones coránicas. Tradicionalmente, se dice que proceden de Paterna pero también se ha documentado la presencia de estos y otros objetos similares en Manises y en algunos otros lugares de Valencia , Aragón y Cataluña . [1]
Los socarrats se fabricaban principalmente en dos tamaños básicos: el más pequeño con 30 x 15 x 3 cm y el mayor con 40 x 30 x 3 cm (medidas aproximadas). El primero podía emplearse en los edificios de dos formas principales: decorando aleros (los bordes inferiores de un tejado que sobresalen sobre los muros) ya sea apoyándose en muros o en viguetas. También podían emplearse en frisos ornamentales , en balcones y escaleras . Las tejas de mayor tamaño rellenaban el espacio entre viguetas de los techos interiores, con funciones tanto estructurales como decorativas, soportando pavimentos o cubiertas. El tamaño más pequeño podía llevar a cabo la misma función. Los socarrats se reutilizaban con frecuencia para construir nuevos muros y nivelar pavimentos.
Existe un amplio debate en lo que se refiere a la fabricación de los socarrats. Al tratarse de objetos con base cerámica, la controversia comienza cuando se consideran las etapas que se dan tras el secado de la pasta cerámica moldeada. González Martí y Blat Monsó son los autores más representativos en este tema. Según González Martí, la pieza seca debía recubrirse con una tierra a base de caolín y pintarse con óxidos de hierro y manganeso . Después, debía cocerse y el resultado debía ser una decoración mate. La existencia de un proceso de cocción y la naturaleza de los pigmentos no siempre estaban claras. Antes de González Martí, algunos autores han referido que la cal utilizada para decorar los socarrats no podía cocerse tras su aplicación sobre la pieza. Posteriormente, Blat Monsó y otros han reforzado esta afirmación.
En los socarrats se distinguen tres tipos básicos de representaciones: las religiosas, las mágicas y las sociales. En el primer tipo se incluyen cruces e inscripciones, como los versos coránicos escritos en los socarrats de la mezquita de Xara en Valdigna. Las manos de Fátima o Hamsa , barcas, torres, animales y figuras quiméricas como Butoni, un monstruo del imaginario valenciano, forman parte del segundo tipo de representaciones. El uso de símbolos heráldicos y elementos decorados visibilizados en espacios públicos y la representación de escenas cortesanas y satíricas cumplen con el tercer tipo. Los socarrats también se utilizaron para hacer anuncios públicos, como el edicto de reclutamiento de soldados del duque de Segorbe, en 1513.
Coll Conesa, J. "La cerámica de los siglos XVI y XVII (1500-1700)" (PDF) . Historia de la Cerámica Valenciana . AVEC, Asociación Valenciana de Cerámica. Archivado desde el original (PDF) el 31 de marzo de 2010 . Consultado el 31 de agosto de 2008 .