El rendimiento del capital ajustado al riesgo ( RAROC , por sus siglas en inglés) es un marco de medición de la rentabilidad basado en el riesgo para analizar el desempeño financiero ajustado al riesgo y proporcionar una visión consistente de la rentabilidad en todas las empresas. El concepto fue desarrollado por Bankers Trust y su diseñador principal, Dan Borge, a fines de la década de 1970. [1] Sin embargo, cabe señalar que cada vez se utiliza más el rendimiento del capital ajustado al riesgo (RORAC, por sus siglas en inglés) como medida, por lo que el ajuste del riesgo del capital se basa en las pautas de suficiencia de capital descritas por el Comité de Basilea . [ cita requerida ]
La fórmula viene dada por [2]
En términos generales, en las empresas comerciales, el riesgo se compensa con el beneficio. RAROC se define como la relación entre el rendimiento ajustado al riesgo y el capital económico . El capital económico es la cantidad de dinero que se necesita para asegurar la supervivencia en el peor de los casos, es un amortiguador contra shocks inesperados en los valores de mercado. El capital económico es una función del riesgo de mercado , el riesgo crediticio y el riesgo operativo , y a menudo se calcula mediante VaR . Este uso del capital basado en el riesgo mejora la asignación de capital en diferentes áreas funcionales de bancos, compañías de seguros o cualquier negocio en el que el capital se coloca en riesgo para un rendimiento esperado superior a la tasa libre de riesgo .
El sistema RAROC asigna capital por dos razones básicas:
A los efectos de la gestión de riesgos, el objetivo principal de la asignación de capital a las distintas unidades de negocio es determinar la estructura de capital óptima del banco , es decir, la asignación de capital económico está estrechamente relacionada con el riesgo empresarial individual. Como herramienta de evaluación del desempeño, permite a los bancos asignar capital a las unidades de negocio en función del valor económico agregado de cada unidad.
Con la crisis financiera de 2007 y la introducción de la Ley Dodd-Frank y Basilea III , los requisitos mínimos de capital regulatorio requeridos se han vuelto onerosos. La implicación de requisitos de capital regulatorio estrictos estimuló debates sobre la validez del capital económico requerido para gestionar la composición de la cartera de una organización, destacando que los requisitos restrictivos deberían hacer que las organizaciones se concentren completamente en el rendimiento del capital regulatorio para medir la rentabilidad y guiar la composición de la cartera. [3] El contraargumento destaca que los efectos de concentración y diversificación deberían desempeñar un papel destacado en la selección de la cartera, dinámica reconocida en el capital económico, pero no en el capital regulatorio.
No pasó mucho tiempo antes de que la industria reconociera la relevancia e importancia de las medidas regulatorias y económicas, y evitara centrarse exclusivamente en una u otra. Se idearon reglas relativamente simples para que tanto el capital regulatorio como el económico entraran en el proceso. En 2012, los investigadores de Moody's Analytics diseñaron una extensión formal del modelo RAROC que tiene en cuenta los requisitos de capital regulatorio, así como los riesgos económicos. [4] En el marco, la asignación de capital puede representarse como una medida de capital compuesta (CCM, por sus siglas en inglés) que es una combinación ponderada de capital económico y regulatorio, con el peso del capital regulatorio determinado por el grado en que una organización está limitada en capital. [5]