En la arqueología británica , un informe de vigilancia es un método para preservar los restos arqueológicos mediante registros ante una amenaza de desarrollo. [1] [2] El desarrollador contrata a un arqueólogo para supervisar la excavación de zanjas de cimentación y de servicio, el paisajismo y cualquier otro trabajo intrusivo que emprenda el desarrollador para darle al arqueólogo tiempo suficiente para identificar y registrar cualquier hallazgo y característica arqueológica; sin embargo, el acuerdo rara vez es satisfactorio para cualquiera de las partes.
A menudo resulta difícil, tanto intelectual como físicamente, identificar características arqueológicas en zanjas de cimentación estrechas y, además, el posible retraso de un proyecto también puede dificultar que un promotor lo incorpore en un programa de desarrollo. La evaluación previa mediante zanjas de prueba puede superar estos problemas al examinar y retirar o preservar los restos arqueológicos antes de comenzar las obras de cimentación.
Definido por el Chartered Institute for Archaeologists (CIfA) como: “…un programa formal de observación e investigación realizado durante cualquier operación realizada por razones no arqueológicas. Esto se realizará dentro de un área o sitio específico en tierra, zona intermareal o bajo el agua, donde exista la posibilidad de que los depósitos arqueológicos puedan ser perturbados o destruidos. El programa dará como resultado la preparación de un informe y un archivo ordenado”. (IFA rev.1999) [ cita requerida ] [ aclaración necesaria ] El propósito de un Informe de Vigilancia Arqueológica está definido de manera similar por el CIfA y es: “permitir, dentro de los recursos disponibles, la preservación mediante registro de depósitos arqueológicos, cuya presencia y naturaleza no pudo establecerse (o establecerse con suficiente precisión) antes del desarrollo u otros trabajos potencialmente disruptivos”.