El término Estado regulador se refiere a la expansión en el uso de técnicas e instituciones de elaboración de normas, monitoreo y aplicación por parte del Estado y a un cambio paralelo en la forma en que se llevan a cabo sus funciones positivas o negativas en la sociedad. [1] La expansión del Estado hoy en día se da generalmente a través de la regulación y menos a través de impuestos y gastos. [2] La noción de Estado regulador es cada vez más atractiva para los teóricos del Estado con el crecimiento en el uso y aplicación de estrategias de elaboración de normas, monitoreo y aplicación y con el crecimiento paralelo de la regulación civil y la regulación empresarial.
El surgimiento del Estado regulador durante la Revolución Industrial se puede rastrear hasta la regulación de redes instituida por primera vez por el Primer Ministro británico William Gladstone en 1844. [3] La coexpansión de la regulación estatal, civil y empresarial en los ámbitos doméstico y transnacional sugiere que las nociones de gobernanza regulatoria y capitalismo regulatorio son tan útiles teóricamente como la noción de Estado regulador.
El Papa Francisco destaca en su encíclica Laudato si' de 2015 el papel de los Estados individuales en la regulación de la vida social y política teniendo en cuenta las circunstancias locales :
Los intentos de resolver todos los problemas mediante reglamentaciones uniformes o intervenciones técnicas pueden llevar a pasar por alto las complejidades de los problemas locales... [4]