Autor | Murray Leinster |
---|---|
Artista de portada | Ed Emshwiller |
Idioma | Inglés |
Género | Novela de ciencia ficción |
Editor | Libros Avalon |
Fecha de publicación | 1957 |
Lugar de publicación | Estados Unidos |
Tipo de medio | Imprimir |
Páginas | 224 páginas |
OCLC | 1870677 |
Precedido por | Plataforma espacial , remolcador espacial . |
Ciudad en la Luna es unanovela de ciencia ficción de Murray Leinster .Esta historia fue publicada por primera vez por Avalon Books en 1957. Ciudad en la Luna forma parte de la serie To the Stars del mismo autor, con dos libros anteriores siendo Space Platform y Space Tug . Fue publicada en 1958 por Ace Books bajo la autoridad de Thomas Bouregy & Co utilizando su número de referencia de sello Ace Double D-277. La novela detalla los eventos que se desarrollan después de un aparente intento de sabotaje realizado contra un jeep lunar en su viaje de regreso a la ciudad lunar civil multinacional.
Joe Kenmore asume el papel de héroe cuando un intento de destruir el jeep lunar en el que él y su amigo copiloto Moreau se ven frustrados por su rápida reacción. Se apresuran a llevar su jeep dañado de vuelta a la base lunar civil, pero descubren que un cohete que llega desde la Tierra no puede obtener un rayo de aterrizaje para guiarlo. El cohete tiene algunos ocupantes sorpresa y los acontecimientos comienzan a intensificarse rápidamente.
En la actualidad, los avances en materia de energía atómica sólo se podían lograr mediante experimentos tan peligrosos que sólo podían llevarse a cabo en una estación espacial aislada situada cerca del otro lado de la Luna. Si estos experimentos tenían éxito, podrían abrir el camino hacia las estrellas.
El suministro de este laboratorio espacial era el deber de la ciudad en la Luna. Y cuando Joe Kenmore, colono lunar, se dio cuenta de que había agentes trabajando activamente para sabotear la ciudad, supo que se enfrentaba a una crisis suprema de la humanidad, una en la que su propia vida y las de sus compañeros colonos eran meros peones que ese enemigo oculto podía sacrificar sin piedad, a menos que él personalmente pudiera bloquear su diabólica superatómica.