American Capitalism: The Concept of Countervailing Power es un libro de John Kenneth Galbraith , escrito en 1952. Contiene una crítica de la idea de que los mercados, dejados a su suerte, proporcionarán soluciones socialmente óptimas. Galbraith está de acuerdo con FA Hayek en cuanto a la afirmación de que "el sistema de precios cumplirá [su] función sólo si prevalece la competencia, es decir, si el productor individual tiene que adaptarse a los cambios de precios y no puede controlarlos". [1] [2] El libro presenta la explicación de Galbraith de la interrelación entre política y economía que, para Galbraith, se basa en una teoría de la competencia que guía una sociedad democrática capitalista.
Galbraith se basa en el trabajo del profesor EH Chamberlin de Harvard y Joan Robinson de Cambridge, así como en el trabajo realizado por Joe S. Bain de la Universidad de California en Berkeley , y sostiene que los Estados Unidos de principios de los años 50 ya no se ajustaban a la definición de competencia perfecta que aparece en los libros de texto . En la página 66, expone las conclusiones que se derivan del abandono del comportamiento competitivo en favor del oligopolio o el criptomonopolio:
"El productor tiene ahora un control mensurable sobre sus precios. Por tanto, los precios ya no son una fuerza impersonal que selecciona al hombre eficiente, lo obliga a adaptar el modo y la escala de operaciones más eficientes y expulsa al ineficiente e incompetente. También se puede suponer que los precios serán un paraguas que los productores eficientes e incompetentes acordarán tácitamente mantener a un nivel seguro sobre sus cabezas y bajo el cual todos vivirán cómodamente, de manera rentable e ineficiente".
Así como el mercado a nivel micro puede no siempre funcionar en beneficio de la sociedad, Galbraith concluye que Keynes estaba en lo cierto en su explicación de las deficiencias del modelo macro, según el cual era posible un equilibrio por debajo del nivel de producción de pleno empleo y que, sin intervención externa, ese equilibrio podría persistir.
Galbraith destaca el papel del " poder compensatorio " en el tratamiento de las fallas del mercado y describe su funcionamiento a nivel micro y macro. A nivel micro, las empresas pueden fusionarse o unirse para influir en el precio. Los asalariados individuales también pueden unirse en sindicatos para influir en las tasas salariales. Por último, el gobierno puede intervenir en el mercado cuando sea necesario para proporcionar regulación en los casos en que el poder compensatorio no se desarrolle pero sea necesario. Concluyó que el poder compensatorio es legítimo y bienvenido ya que la alternativa del control estatal sería mucho menos aceptable para la comunidad empresarial. Sin el poder compensatorio, Galbraith concluyó (p. 181):
"Las decisiones privadas podrían y presumiblemente conducirían a la explotación sin trabas del público, o de los trabajadores, agricultores y otros que son intrínsecamente débiles como individuos. Tales decisiones serían un objeto apropiado de la interferencia del Estado o pronto lo serían".